El Asesino de Andrea Frigerio




Luego de que el partido de rugby finalizó, y también el tercer tiempo, los jugadores ya se estaban retirando cuando Pepe, el portero, le dio una nota a Carlos Ignacio Fernández Lobbe, una de las figuras del equipo:
-         Nacho, una mujer dejo esta nota para usted.
-         Bien, gracias – contestó Fernández Lobbe.
“Nacho” abrió la nota y la leyó, se sorprendió con el contenido. Decía: “Soy Andrea Frigerio, me encantaría tener sexo con vos, siempre soñe con tener sexo con vos, pago lo que sea, llamame al 1532323232”. Nacho no le dio ninguna importancia al mensaje y creyó que todo era broma, “Esto es una joda del Chalo Longo o del Nani Corleto”.



Pero lo que Nacho creyó una simple broma, al día siguiente se volvió algo más serio. Le mandaron un Queso por correo. Sí, en una caja, una enorme horma de Queso Gruyere, con agujeros bien grandes y voluminosos. Y dentro de la caja, un mensaje que decía: “Llamame Nacho, te estoy esperando, el 1532323232, Andrea Frigerio”.
Fernández Lobbe entonces llamó por telefono a Andrea Frigerio:
-         Hola Nacho, era hora que me llamarás, vení quiero tener sexo con vos. Tiene que ser esta noche, hoy mi marido está en Chile.
-         Voy para alla – fue la respuesta de Nacho - ¿Dónde es?
-         La Calle de Pearl Harbor n° 701 departamento 21.



Rato después, Nacho estaba en el departamento con Andrea Frigerio. Ingresó con el enorme paquete que la chica le había mandado.
-         Es el Queso que me mandaste por correo – le dijo Nacho Lobbe a Andrea Frigerio – lo vamos a comer juntos, pero primero vamos a tener sexo.
-         Te deseo, Nacho.
-         Nacho para los amigos, vos decime Carlos. Caaarrrrlooooossssss. ¿Me entendes, Andrea? Caaarrrrlooooossssss.
-         ¿Te llamas Carlos? ¡No lo puedo creer! ¿En serio?
-         Claro, mi nombre completo es Carlos Ignacio Fernández Lobbe.
-         Todos te dicen Nacho que creí que solo te llamabas Ignacio... Me calienta más que tu primer nombre sea Carlos. 
-         No nos apresuremos. Desfilá para mí.
-     No hay mejor nombre para un hombre que Carlos.
-     Desfila para mí Andrea.
-     Con mucho gusto, Carlos.


Esforzando por contener tanto deseo, Andrea caminó por el departamento, como si estuviera en una pasarela. Las piernas una delante de la otra. Quebrando la cintura. Una auténtica exhibición del modelaje.
Mientras iba desfilando, Andrea se paró varias veces ante el rugbier, y le decía, como un mantra:

- Carlos. Carlos. Caaaarrrloooossssss. Carlos. Carlitos. Carlote. Carlos. Carlos. Caaaarrrloooossssss. Carloncho. Carlucho.
- Tengo un amigo que me va envidiar - Dijo el rugbier - Le gusta dibujar, pero nunca tuvo una modelo tan cotizada, que pose para él. Se llama Carlos, igual que yo, Caaaaaaarrrloooossss como te gusta decir a vos. Además de tocayo, juega al rugby igual que yo, ja, ja. Pero a él le dicen Charlie – y bajando la voz, aunque Andrea ya no lo escuchó, Fernández Lobbe agregó – Y es un Quesón, como yo.
- Sacá unas fotos, para que te envidie más - contestó Andrea, olvidando que había pedido discreción.
- Ja, ja, el también sabe tirar Quesos, ja, ja, ja, ja – río a carcajada limpia Fernández Lobbe.
La famosa posó quebrando la cintura, una cintura que habían enviado modelos más jóvenes.

Fernández Lobbe acarició la cadera, en tal forma que Andrea Frigerio gimió de placer.


- No perdamos más tiempo - dijo Carlos.

Andrea Frigerio se entregó. Dejó que el rugbier la desnudara, primero fue el vestido. Ante la desesperación de la modelo, se detuvo. La tendió boca abajo, para hacerle masajes. Podría haber sido brutal, pero eligió ser suave. Muy suave, la acarició con suavidad, una y otra vez, todo lo opuesto a un rugbier.  Las manos fueron intrusivas, apenas detenidas por la lencería de Andrea, de una de las marcas que la había contratado. Lo que frustró a Andrea.
De repente, como si de la nada hubiera surgido, Andrea entonces se encontró ante un cuchillo filoso. No, un cuchillo cualquiera, un cuchillo como el de Rambo, un cuchillo de caza, con dientes.
- Aaajjjjjjj - dijo Andrea mientras sentía el frío filoso del cuchillo sobre su piel.



Andrea inició un grito de terror, que se detuvo cuando el rugbier le cortó el corpiño. Y jugueteó con las tetas de la modelo. Lo siguiente fue cortarle la bombacha.
Ya impaciente, Andrea se tendió sobre la cama.
Nacho puso su enorme pie derecho sobre la cara de Andrea y le dijo:
-Es una vieja tradición del rugby maorí, cuando un hombre hace el amor con una mujer por primera vez, esta debe olerle los pies.
- Me encanta esa tradición, Carlos, dale, acerca tu pie.
Primero el pie derecho, luego el izquierdo. El rugbier tomó las piernas, que parecían interminables. Y hubo sexo tan intenso, que encantó a la modelo.
 Luego aparecieron cubitos de hielo, que sobre los pezones de Andrea, luego masajes, que está vez fueron tan intrusivos como Andrea lo deseó. Y sobre el cuerpo de la modelo, una lluvia de dados de Queso.
¡Queso! ¡Queso! ¡Queso! ¡Queso! - decía el rugbier.
- Ojala esta noche fuese eterna.
- Fue una noche de sexo inolvidable. Pero debo irme, mañana bien temprano el mundo del rugby me necesita.
- No hay problemas, Carlos, jamás olvidaré esta noche.


- No habrá otra noche igual a esta - dijo Carlos.
Andrea se levantó y se acercó hacia el balcón, completamente desnuda, mirando para afuera. Hubo quienes llegaron a verla, de edificios cercanos, nunca olvidaron esa visión. Una visión inolvidable.
"Creí ver una alucinación, pero no, era ella, estaba radiante de belleza" dijo Diego, un transeunte que pasaba por ahí "parecía más joven, era como la Andrea Frigerio de 1992".
De repente, se dio cuenta que Fernández Lobbe, ya vestido, se fue acercando hacia ella, entonces se dio vuelta, con la cámara en la mano. Andrea fingió ofenderse. Y para su sorpresa, el rugbier dejó la cámara y tomó el enorme cuchillo, que había cortado su lencería.
-¿Qué significa esto, Carlos? ¿Es una broma? ¿Vas a asesinarme acaso?
-Soy un Queson, Andrea, un asesino serial de mujeres que a cada de sus víctimas les tira un Queso.


-No lo puedo creer... vos sos ese psicopata que esta por ahí matando a diestra y siniestra, y tirando Quesos.
-Somos varios, yo soy uno, hay otros. Lo siento Andrea, pero me mandaste ese Queso por correo, eso significa que sabes cosas que no debes de saber.
-Te aseguro que no se nada, Carlos, por favor, no me mates. Lo del Queso fue un juego.
- No hay juego para nosotros los Quesones. Es inevitable, pero fuiste tan buena que no vas a sentir dolor. No seré tan cruel, como sí lo fuí con Viviana Canosa o Soledad Solaro.
- ¡Vos las asesinaste!
- Sí - la fría confesión de Carlos Ignacio Fernández Lobbe.



Unos hábiles toques y Andrea se tendió como hipnotizada, drogada. Cerró los ojos para revivir las intensas experiencias de la noche pasada. Y gimió una vez más, de placer.
El siguiente acto de Carlos fue una profunda cuchillada en el estomago, con un corte profundo de izquierda a derecha, y otro más, aún más profundo, de derecha a izquierda. Luego vinieron varias puñaladas más, acompañados de suspiros de Andrea Frigerio, tan trastornados sus sentidos que sintió placer en cada herida. Hasta que hubo silencio. Fernández Lobbe tomó el Queso y lo tiró sobre el cadáver de la víctima, en voz alta dijo:
- Queso.
Se retiró del lugar con la misma impunidad con la que había llegado.
De Andrea Frigerio quedaban unas fotos, que serían las últimas que se conocerían de ella. Y un cuerpo que sería embalsamado. Y donado a una escuela de arte, como "modelo vivo".



Comentarios

  1. La verdad que Andrea Frigerio merece que la partan como un Queso

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  2. Merece que la partan como un queso.
    Y en caso de ser asesinada, criogenizada y clonada

    ResponderBorrar
  3. El asesino de Andrea Frigeria (Versión expandida)

    -Me calienta más que tu primer nombre sea Carlos.
    -No nos apresuremos. Desfilá para mí.
    Esforzando por contener tanto deseo, Andrea caminó por el departamento, como si estuviera en una pasarela. Las piernas una delante de la otra. Quebrando la cintura.
    -Tengo un amigo que me va envidiar-Dijo el rugbier- Le gusta dibujar, pero nunca tuvo una modelo tan cotizada, que pose para él.
    -Sacá unas fotos, para que te envidie más-contestó Andrea, olvidando que había pedido discreción.
    La famosa posó quebrando la cintura, una cintura que habían enviado modelos más jóvenes.
    Fernández Lobbe acarició la cadera, en tal forma que Andrea Frigerio gimió de placer.
    -No perdamos más tiempo-

    Andrea Frigerio se entregó. Dejó que el rugbier la desnudara, primero fue el vestido. Ante la desesperación de la modelo, se detuvo. La tendió boca abajo, para hacerle masajes. Podría haber sido brutal, pero eligió ser suave. Las manos fueron intrusivas, apenas detenidas por la lencería de Andrea, de una de las marcas que la había contratado. Lo que frustró a Andrea.

    Y entonces se encontró ante un cuchillo filoso. Andrea inició un grito de terror, que se detuvo cuando el rugbier le cortó el corpiño. Y jugueteó con las tetas de la modelo. Lo siguiente fue cortarle la bombacha.
    Ya impaciente, Andrea se tendió sobre la cama.
    Nacho puso su enorme pie derecho sobre la cara de Andrea y le dijo:
    -Es una vieja tradición del rugby maorí, cuando un hombre hace el amor con una mujer por primera vez, esta debe olerle los pies.
    - Me encanta esa tradición, Carlos, dale, acerca tu pie.
    Primero el pie derecho, luego el izquierdo. El rugbier tomó las piernas, que parecían interminables. Y hubo sexo tan intenso, que encantó a la modelo. Luego aparecieron cubitos de hielo, que sobre los pezones de Andrea, luego masajes, que está vez fueron tan intrusivos como Andrea lo deseó.

    -Fue una noche de sexo inolvidable. Pero debo irme, mañana bien temprano el mundo del rugby me necesita.
    -No hay problemas, Carlos, jamás olvidaré esta noche.
    Andrea se levantó y se acercó hacia el balcón, completamente desnuda, mirando para afuera. Hubo quienes llegaron a verla, de edificios cercanos, nunca olvidaron esa visión.
    De repente, se dio cuenta que Fernández Lobbe, ya vestido, se fue acercando hacia ella, entonces se dio vuelta, con la cámara en la mano. Andrea fingió ofenderse. Y para su sorpresa, el rugbier dejó la cámara y tomó el enorme cuchillo, que había cortado su lencería.
    -¿Qué significa esto, Carlos? ¿Es una broma? ¿Vas a matarme acaso?
    -Soy un Queson, Andrea, un asesino serial de mujeres que a cada de sus víctimas les tira un Queso.
    -No lo puedo creer... vos sos ese psicopata que esta por ahí matando a diestra y siniestra, y tirando Quesos.
    -Somos varios, yo soy uno, hay otros. Lo siento Andrea, pero me mandaste ese Queso por correo, eso significa que sabes cosas que no debes de saber.
    -Te aseguro que no se nada, Carlos, por favor, no me mates.
    -Es inevitable, pero fuiste tan buena que no vas a sentir dolor.
    Unos hábiles toques y Andrea se tendió como hipnotizada, drogada. Cerró los ojos para revivir las intensas experiencias de la noche pasada. Y gimió una vez más, de placer.
    El siguiente acto de Carlos fue una profunda cuchillada en el estomago, con un corte profundo de izquierda a derecha, y otro más, aún más profundo, de derecha a izquierda. Luego vinieron varias puñaladas más, acompañados de suspiros de Andrea Frigerio, tan trastornados sus sentidos que sintió placer en cada herida. Hasta que hubo silencio. Fernández Lobbe tomó el Queso y lo tiró sobre el cadáver de la víctima, en voz alta dijo:
    -Queso.
    Se retiró del lugar con la misma impunidad con la que había llegado.

    De Andrea Frigerio quedaban unas fotos, que serían las últimas que se conocerían de ella. Y un cuerpo que sería embalsamado. Y donado a una escuela de arte, como "modelo vivo".








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    Respuestas
    1. excelente!!!!!!!!!!!!! brillante!!!!!!!!!!!!!!!

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    2. Salvo lo enredado de alguna frase, ¿quien era que tenía la cámara? El rugbier, para sacarle más fotos. pero quedó confuso.
      Y "habían enviado" por "habían envidiado".

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  4. el regreso de un viejo clásico quesón... muy buena esta versión extendida

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  5. Quedó muy bien la fusión con lo que escribí, como la lluvia de queso.
    Y me gustaron esas fotos de Andrea Frigerio, que no conocía, con esos desnudos disimulados. Con el agregado del cuchillo asesino.
    Y parece que gustó la versión extendida.

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  6. las fotos que pusiste! que minon! como me hubiera gustado ser Fernández Lobbe

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